La esperanza en Dios no decepciona jamás.

esperar en DiosNos dice el Papa Francisco:

La esperanza, aquella virtud que corre bajo el agua de la vida, nos sostiene para que no nos ahoguemos en las tantas dificultades

“La esperanza cristiana es una virtud humilde y fuerte que nos sostiene y hace que no nos ahoguemos en las tantas dificultades de la vida”. Así lo expresó el Papa Francisco en su homilía de la Misa matutina celebrada en la Capilla de la Casa de Santa Marta.

El Santo Padre reafirmó que la esperanza en el Señor jamás decepciona y es fuente de alegría que da paz a nuestro corazón.

Jesús habla con los doctores de la ley y afirma que Abraham exultó en la esperanza de ver su día. El Papa se ha inspirado en el pasaje del Evangelio de Juan (8,51-59) para subrayar que la esperanza es fundamental en la vida del cristiano.

Abraham tuvo sus tentaciones por el camino de la esperanza, pero creyó y obedeció al Señor, y así se puso en camino hacia la tierra prometida.

La alegría de la esperanza

Hay como un hilo de la esperanza que une toda la historia de la salvación y es fuente de alegría.

Hoy la Iglesia nos habla de la alegría de la esperanza. En la primera oración de la Misa hemos pedido a Dios la gracia de custodiar la esperanza de la Iglesia, para que no fracase. Y Pablo, hablando de nuestro padre Abraham, nos dice: “Crean contra toda esperanza”.

Cuando no hay esperanza humana, está aquella virtud que te lleva adelante, humilde, sencilla, pero que te da una alegría, a veces una gran alegría, a veces sólo la paz, pero la seguridad de que aquella esperanza no decepciona. La esperanza no decepciona.

La esperanza en Dios no decepciona jamás

Esta alegría de Abraham, esta esperanza crece en la historia. A veces se esconde, no se ve; mientras otras veces se manifiesta abiertamente. Como Isabel embarazada que exulta de alegría cuando la visita su prima María. Es la alegría de la presencia de Dios que camina con su pueblo. Y cuando hay alegría, hay paz. Esta es la virtud de la esperanza: de la alegría a la paz. Esta esperanza no decepciona jamás, ni siquiera en los momentos de la esclavitud, cuando el pueblo de Dios estaba en tierra extranjera.

La esperanza nos sostiene

Este hilo de la esperanza comienza con Abraham, Dios que habla a Abraham, y termina con Jesús. Si en efecto, se puede decir que se tiene fe y caridad, es más difícil responder acerca de la esperanza.

Tantas veces podemos decir esto fácilmente, pero cuando se nos pregunta: “¿Tú tienes esperanza? ¿Tú tienes la alegría de la esperanza?” “…Pero, padre, no entiendo, explíquemelo”. La esperanza, aquella virtud humilde, aquella virtud que corre bajo el agua de la vida, pero que nos sostiene para que no nos ahoguemos en las tantas dificultades, para no perder aquel deseo de encontrar a Dios, de encontrar aquel rostro maravilloso que todos veremos un día: la esperanza”.

La esperanza es silenciosa y humilde pero fuerte

Hoy es un lindo día para pensar en esto: el mismo Dios, que llamó a Abraham y lo hizo salir de su tierra sin que supiera a dónde debía ir, es el mismo Dios que va a la cruz, para cumplir la promesa que había hecho.

Es el mismo Dios que en la plenitud de los tiempos hace que aquella promesa llegue a ser una realidad para todos nosotros. Y lo que une aquel primer momento a este último momento es el hilo de la esperanza; y lo que une mi vida cristiana a nuestra vida cristiana, de un momento al otro, para ir siempre hacia adelante – pecadores, pero adelante – es la esperanza; y lo que nos da paz en los feos momentos, en los momentos peores de la vida es la esperanza. La esperanza no decepciona, está siempre allí: silenciosa y humilde, pero fuerte

– Papa Francisco
Homilía en Santa Marta, Ciudad del Vaticano, 17 de marzo de 2016

Fuente: Pildorasdefe.net

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