Evangelio Hoy

Trigésimo segundo Domingo del tiempo ordinario

Evangelio según San Marcos 12,38-44.

Y él les enseñaba: “Cuídense de los escribas, a quienes les gusta pasearse con largas vestiduras, ser saludados en las plazas y ocupar los primeros asientos en las sinagogas y los banquetes; que devoran los bienes de las viudas y fingen hacer largas oraciones. Estos serán juzgados con más severidad”.
Jesús se sentó frente a la sala del tesoro del Templo y miraba cómo la gente depositaba su limosna. Muchos ricos daban en abundancia.
Llegó una viuda de condición humilde y colocó dos pequeñas monedas de cobre.
Entonces él llamó a sus discípulos y les dijo: “Les aseguro que esta pobre viuda ha puesto más que cualquiera de los otros,
porque todos han dado de lo que les sobraba, pero ella, de su indigencia, dio todo lo que poseía, todo lo que tenía para vivir”.

Reflexionemos

San Anselmo (1033-1109)

benedictino, arzobispo de Canterbury, doctor de la Iglesia

Carta 112 a Hugo, el recluso

«Lo ha dado todo»

     En el Reino de los cielos, todos juntos y como un solo hombre, serán un solo rey con Dios, porque todos querrán la misma cosa y así se cumplirá la voluntad de todos. He aquí el bien que, Dios, desde lo alto de los cielos, declara poner a la venta. Si alguien se pregunta a qué precio, he ahí la respuesta: No tiene necesidad de moneda terrestre aquel que ofrece un Reino en los cielos. Nadie puede dar a Dios lo que ya le pertenece, porque todo lo que existe es suyo. Y, sin embargo, Dios no da una cosa tan grande si no se pone algún precio por ella: él no la da a aquel que no la aprecia. En efecto, nadie da algo que le es querido a alguien que no lo aprecia. Entonces, si Dios no tiene necesidad de tus bienes, no debe tampoco darte una cosa tan grande si tu no te dignas amarla: él no te reclama otra cosa más que amor, sin el cual nada se ve obligado a dar. Ama, pues, y recibirás el Reino. Ama y lo poseerás… Ama, pues, a Dios más que a ti mismo, y tú empezarás a tener ya eso que quieres poseer perfectamente en el cielo.

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