El Papa sobre el Hijo Pródigo:

AngelusNuestros errores nunca dañan el amor que Dios nos tiene

“Como el padre del Evangelio, también Dios continua a considerarnos sus hijos cuando nos hemos perdido”, dijo el Papa Francisco al explicar esta mañana la Parábola del Hijo Pródigo en el Ángelus.

Francisco señaló que “los errores que cometemos, también si son grandes, no hacen daño a la fidelidad de su amor”. “En el Sacramento de la Reconciliación podemos comenzar siempre de nuevo: Él nos acoge, nos restituye la dignidad de ser hijos suyos”.

“El Evangelio nos presenta esta última parábola, que tiene como protagonista a un padre con sus dos hijos. El relato nos hace conocer algunas actitudes de este padre: es un hombre siempre dispuesto a perdonar que espera contra toda esperanza”, explicó Francisco invitando a leer el Evangelio de San Lucas.

“Sorprende sobre todo su tolerancia ante la decisión del hijo más joven de irse de cada: habría podido oponerse, sabiendo que todavía es un inmaduro, peor en lugar de eso le permite irse, incluso previendo los posibles riesgos”.

El Papa señaló que “esto es lo que hace Dios con nosotros: nos deja libres, también para equivocarnos, porque creándonos nos ha dado el gran donde la libertad” pero “nos queda a nosotros hacer buen uso de ella”.

“El desapego de este padre respecto a su hijo es solo físico; el padre lo lleva siempre en el corazón; espera confiado su retorno; escruta el camino en la esperanza de volverlo a ver”.

“Un día lo ve aparecer desde la lejanía y se conmueve, va a su encuentro, lo abraza, lo besa”, recordó el Papa. “¡Cuánta ternura! La misma actitud tiene el padre respecto al hijo mayor, que siempre permaneció en casa y ahora está indignado y protesta porque no entiende y no comparte toda esa bondad hacia el hermano que se ha equivocado”.

El Santo Padre indicó que “el padre sale también al encuentro de este hijo y le recuerda que ellos han estado siempre juntos, tienen todo en común, pero necesita acoger con alegría al hermano que finalmente ha regresado a casa”.

“Cuando uno se siente un pecador, se siente de verdad poca cosa o ‘sucio’ es uno el que va al Padre, pero cuando uno se siente justo y piensa que siempre hace las cosas bien, también el Padre le busca porque es un pensamiento malo, es la soberbia, es del diablo. El Padre espera a aquellos que se reconocen pecadores y va a buscar a aquellos que se sienten justos. Este es nuestro Padre”.

Francisco dijo además que “hay un tercer hijo escondido”. “Es el que no consideró como un privilegio ser como el Padre y se vació de sí mismo, asumiendo la condición de siervo”.

“Este Hijo-Siervo es la extensión de los brazos y del corazón del Padre: Él ha acogido al pródigo y ha lavado sus pies sucios; Él ha preparado el banquete para la fiesta del perdón. Él, Jesús, nos enseña a ser “misericordiosos como el Padre”

Francisco afirmó que el corazón de Dios es como el de este padre. “Él es el Padre misericordioso que en Jesús nos ama más allá de toda medida, espera siempre nuestra conversión cada vez que nos equivocamos, espera a nuestro regreso cada vez que nos alejamos de Él; está siempre dispuesto a abrir sus brazos a cualquier cosa que suceda”.

“En esta Cuaresma que todavía nos separa de la Pascua, estamos llamados a intensificar el camino interior de conversión. Dejémonos alcanzar por su mirada lleno de amor de nuestro Padre, y volvamos a Él con todo el corazón, rechazando a todo compromiso por el pecado”.

Fuente:AciPrensa

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