Novena a la Divina Misericordia

Día 5: Novena a la Divina Misericordia. Por los hermanos separados

Jesús a Sor Faustina: Hoy, atráeme a las almas de los hermanos separados, y sumérgelas en el mar de Mi misericordia

Oración inicial para cada día:

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Dios, Padre Misericordioso, te damos gracias por los favores extraordinarios que concediste a tu hija Santa Faustina a través de quien has manifestado de modo especial el abismo de tu Misericordia sobre la humanidad dolorida y alejada de Ti Te rogamos, con gran confianza, que también con nosotros manifiestes tu Misericordia concediéndonos las gracias que te pedimos en esta Novena si no son contrarias a nuestra salvación.

Día quinto

Intención: “Hoy, atráeme a las almas de los hermanos separados, y sumérgelas en el mar de Mi misericordia. Durante Mi amarga Pasión, desgarraron Mi cuerpo y Mi Corazón, es decir, Mi Iglesia. Según regresan a la Iglesia, Mis llagas cicatrizan y de este modo alivian Mi Pasión” (Diario, 1218)

Oración: Jesús sumamente misericordioso, que eres la bondad misma, Tú no niegas la luz a quienes Te la piden. Acoge en la morada de Tu muy compasivo Corazón a las almas de los hermanos separados y llévalas con Tu luz a la unidad de la Iglesia; no las dejes alejarse de la morada de Tu compasivísimo Corazón, sino haz que también ellas glorifiquen la generosidad de Tu misericordia

También para aquellos que rasgaron
la vestidura de Tu unidad
Brota de Tu Corazón la fuente de piedad.
La omnipotencia de Tu misericordia, oh Dios,
Puede sacar del error también a estas almas

Oración: Padre Eterno, mira con misericordia a las almas (de los herejes y de los cismáticos)* que han malgastado Tus bendiciones y han abusado de Tus gracias por persistir obstinadamente en sus errores. No mires sus errores, sino el amor de Tu Hijo y su amarga Pasión que sufrió por ellos, ya que también ellos están acogidos en el sumamente compasivo Corazón de Jesús. Haz que también ellos glorifiquen Tu gran misericordia por los siglos de los siglos. Amén. (Diario, 1219)

Rezar la coronilla de la Divina Misericordia:

Usando un Santo Rosario como guía, empezamos diciendo:

Padre Nuestro, Ave María y El Credo

Donde comunmente se reza el misterio del rosario, se pronuncia lo siguiente:

Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, para el perdón de nuestros pecados y los del mundo entero.

En cada cuenta pequeña de las decenas se dice:

Por su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.

Al finalizar todos los misterios de la coronilla, repetir tres veces:

Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero

Jaculatoria: Oh, sangre y agua que brotaron del Sagrado Corazón de Jesús como una fuente de infinita misericordia para nosotros, Jesús en Ti confío


Nota: La novena ha sido traducida siguiendo textualmente el manuscrito de Sor Faustina

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