Este letrero nos recuerda un mensaje, el mensaje nos conduce a una práctica que casi todo católicos realiza. Invito a dar sentido al letrero, al mensaje y a la práctica reviviendo y re-avivando la actitud de CONVERSIÓN.
Esta es profunda, permanente y realmente necesaria en “nuestro mundo” interior, inter-personal y Socio-eclesial. Es cambio, análisis, transformación, renovación de opciones, actualización de criterios. Reconocimiento de pecados propios y a-propiados, personales siempre pero también, siempre, los sociales y estructurales. Si la misericordia es un “momento” es por qué es concreta y específica, y es también porque es un kairós (tiempo oportuno de gracias), pero no porque deba ser fugaz y pasajera. No hay misericordia sin reconciliación y penitencia al estilo profético. Ahora sí : Amen
Autor: Feliciano Tapia