Del libro de Proverbios:
Hijo mío, escucha los avisos de tus padres,
No rechaces las enseñanzas de tu madre,
Pues serán Hermosa diadema en tu cabeza
Y collar en tu garganta. (Prov. 1,8-9)
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Hijo mío, si acepas mis palabras
Y conservas mis mandatos,
Escuchado a la sabiduría
Y prestando atención a la prudencia:
Si invocas a la inteligencia
Y llamas a la prudencia;
Si la procuras como el dinero
Y la buscas como un tesoro,
Entonces comprenderás el respeto del Señor
Y alcanzaras el conocimiento de Dios.
Porque es el Señor quien da la sabiduría,
De su boca proceden saber e inteligencia;
El reserva su ayuda para los hombres rectos,
Se escudo para el de conducta intachable,
Cuida el camino del derecho
Y custodia la senda de sus fieles. (Prov. 2,1-8)
Hijo mío, escucha los avisos de tus padres,
No rechaces las enseñanzas de tu madre,
Pues serán Hermosa diadema en tu cabeza
Y collar en tu garganta. (Prov. 1,8-9)
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Confía en el Señor de todo corazón
Y no te fíes de tu propia inteligencia;
En todos tus caminos tenlo presente,
Y el enderezara tus sendas.
No te tengas por sabio,
Respeta al Señor y evita el mal;
Es es la mejor medicina para tu cuerpo
Y para tus huesos. (Prov. 3,5-8)
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No rechaces, hijo mío, el castigo del Señor,
no te enojes con su corrección,
porque al que ama lo reprende el Señor,
como un padre al hijo querido. (Prov. 3,11-12)