Satoral

06 de Febrero

Santos Pablo Miki y veinticinco compañeros, mártires

Memoria de los santos Pablo Miki y compañeros, mártires en Nagasaki, ciudad de Japón. Allí, declarada una persecución contra los cristianos, fueron apresados, duramente maltratados y, finalmente, condenados a muerte ocho presbíteros o religiosos de la Orden de la Compañía de Jesús y de la Orden de los Hermanos Menores, procedentes de Europa o nacidos en Japón, junto con diecisiete laicos. Todos ellos, incluso los adolescentes, por ser cristianos fueron clavados cruelmente en cruces, mas manifestaron su alegría al haber merecido morir como murió Cristo. Sus nombres son: Juan de Goto Soan, Jacobo Kisai, religiosos de la Orden de la Compañía de Jesús; Pedro Bautista Blásquez, Martín de la Ascensión Aguirre, Francisco Blanco, presbíteros de la Orden de Hermanos Menores; Felipe de Jesús de Las Casas, Gonzalo García, Francisco de San Miguel de la Parilla, religiosos de la misma Orden; León Karasuma, Pedro Sukeiro, Cosme Takeya, Pablo Ibaraki, Tomás Dangi, Pablo Suzuki, catequistas; Luis Ibaraki, Antonio, Miguel Kozaki y su hijo Tomás, Buenaventura, Gabriel, Juan Kinuya, Matías, Francisco de Meako, Ioaquim Sakakibara y Francisco Adaucto, neófitos. El día de su martirio fue ayer.

Pablo Miki nació en Japón el año 1566 de una familia pudiente; fue educado  por los jesuitas en Azuchi y Takatsuki. Entró en la Compañía de Jesús y predicó  el evangelio entre sus conciudadanos con gran fruto.

Al recrudecer la  persecusión contra los católicos, decidió continuar su ministerio y fue apresado  junto con otros. En su camino al martirio, él y sus compañeros cristianos fueron  forzados a caminar 600 millas para servir de escarmiento a la población. Ellos  iban cantando el Te Deum. Les hicieron sufrir mucho. Finalmente llegaron a  Nagasaki y, mientras perdonaba a sus verdugos, fue crucificado el día 5 de  febrero de 1597. Desde la cruz predicó su último sermón.

Junto a el  sufrieron glorioso martirio el escolar Juan Soan (de Gotó) y el hermano Santiago  Kisai, de la Compañía de Jesús, y otros 23 religiosos y seglares.

Todos  ellos fueron canonizados por Pío IX en 1862.

Declarada una persecución  contra los cristianos, ocho presbíteros o religiosos de la Compañía de Jesús o  de la Orden de los Hermanos Menores, procedentes de Europa o nacidos en Japón,  junto con diecisiete laicos, fueron apresados, duramente maltratados y,  finalmente, condenados a muerte. Todos, incluso los adolescentes, por ser  cristianos fueron clavados en cruces, manifestando su alegría por haber merecido  morir como murió Cristo. Sus nombres son: Juan de Goto Soan, Jacobo Kisai,  religiosos de la Compañía de Jesús; Pedro Bautista Blásquez, Martín de la  Ascensión Aguirre, Francisco Blanco, presbíteros de la Orden de los Hermanos  Menores; Felipe de Jesús de Las Casas, Gonzalo García, Francisco de San Miguel  de la Parilla, religiosos de la misma Orden; León Karasuma, Pedro Sukeiro, Cosme  Takeya, Pablo Ibaraki, Tomás Dangi, Pablo Suzuki, catequistas; Luis Ibaraki,  Antonio, Miguel Kozaki y su hijo Tomás, Buenaventura, Gabriel, Juan Kinuya,  Matías, Francisco de Meako, Ioaquinm Sakakibara y Francisco Adaucto,  neofitos.

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