Evangelio Hoy

Martes de la vigésima octava semana del tiempo ordinario

Evangelio según San Lucas 11,37-41. 

Cuando terminó de hablar, un fariseo lo invitó a cenar a su casa. Jesús entró y se sentó a la mesa. 
El fariseo se extrañó de que no se lavara antes de comer. 
Pero el Señor le dijo: “¡Así son ustedes, los fariseos! Purifican por fuera la copa y el plato, y por dentro están llenos de voracidad y perfidia. 
¡Insensatos! El que hizo lo de afuera, ¿no hizo también lo de adentro? 
Den más bien como limosna lo que tienen y todo será puro. 

Reflexionemos

Santa Teresa de Calcuta (1910-1997), fundadora de las Hermanas Misioneras de la Caridad
El gozo del don

«Dad limosna de lo de dentro y así lo tendréis limpio todo»

No podemos quedar satisfechos dando sólo dinero; el dinero no es suficiente pues se puede encontrar en otra parte. Los pobres tienen necesidad de nuestras manos para ser servidos, y de nuestros corazones para ser amados. La religión de Cristo es el amor, el contagio del amor.

Los que pueden llevar una vida cómoda sin duda que tienen sus razones. Pueden habérsela ganado con sus trabajos; yo sólo monto en cólera frente al despilfarro, los que echan a la basura lo que podría sernos de utilidad. La dificultad está en que, muy a menudo, los ricos e incluso la gente que vive cómodamente, no saben verdaderamente qué son los pobres; por eso podemos perdonarlos, porque el conocimiento sólo puede conducir al amor, y el amor al servicio. Es porque no les conocen que no se conmueven por ellos.

Por amor procuro dar a los pobres lo que los ricos no podrían obtener con dinero. Ciertamente, no tocaré a un leproso ni por un millón, pero lo cuidaré gustosamente por el amor de Dios.

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