Evangelio Hoy

Jueves Santo en la Cena del Señor

Evangelio según San Juan 13,1-15.

Antes de la fiesta de Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la hora de pasar de este mundo al Padre, él, que había amado a los suyos que quedaban en el mundo, los amó hasta el fin.
Durante la Cena, cuando el demonio ya había inspirado a Judas Iscariote, hijo de Simón, el propósito de entregarlo,
sabiendo Jesús que el Padre había puesto todo en sus manos y que él había venido de Dios y volvía a Dios,
se levantó de la mesa, se sacó el manto y tomando una toalla se la ató a la cintura.
Luego echó agua en un recipiente y empezó a lavar los pies a los discípulos y a secárselos con la toalla que tenía en la cintura.
Cuando se acercó a Simón Pedro, este le dijo: “¿Tú, Señor, me vas a lavar los pies a mí?”.
Jesús le respondió: “No puedes comprender ahora lo que estoy haciendo, pero después lo comprenderás”.
“No, le dijo Pedro, ¡tú jamás me lavarás los pies a mí!”. Jesús le respondió: “Si yo no te lavo, no podrás compartir mi suerte”.
“Entonces, Señor, le dijo Simón Pedro, ¡no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza!”.
Jesús le dijo: “El que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque está completamente limpio. Ustedes también están limpios, aunque no todos”.
El sabía quién lo iba a entregar, y por eso había dicho: “No todos ustedes están limpios”.
Después de haberles lavado los pies, se puso el manto, volvió a la mesa y les dijo: “¿comprenden lo que acabo de hacer con ustedes?
Ustedes me llaman Maestro y Señor; y tienen razón, porque lo soy.
Si yo, que soy el Señor y el Maestro, les he lavado los pies, ustedes también deben lavarse los pies unos a otros.
Les he dado el ejemplo, para que hagan lo mismo que yo hice con ustedes.”

Reflexionemos

Santo Tomás Moro (1478-1535), hombre de estado inglés, mártir
Tratado sobre la Pasión

Él los amo hasta el final

“Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo que le había llegado la hora de pasar de éste mundo al de su Padre, Jesús, habiendo amado los suyos que eran de éste mundo, los amó hasta el final.” … En el Evangelio Juan es llamado sobre todo “el discípulo amado”. Es éste discípulo quien destaca a través de sus palabras cuánto nuestro Salvador que amaba tanto a Juan, era fiel en su amor.

Estas palabras son inmediatamente seguidas por la narración de la amarga Pasión de Cristo; empezando por la última Cena. Primero con la humilde ceremonia del lavamiento de pies de Jesús a sus discípulos y luego dando a conocer su traidor. Vienen enseguida la enseñanza de Jesús, su oración, su arresto, su juicio, su flagelación, su crucifixión y toda la dolorosa tragedia de su amarguísima Pasión.

Es por esta razón que San Juan nos habla sobre las palabras previamente citadas; para hacernos comprender que Cristo ha llevado a cabo todos sus actos por amor. Jesús demostró muy bien este gran amor a sus discípulos durante la última Cena, afirmándoles que al amarse unos a los otros, seguirían su ejemplo. Pues a aquellos que amaba, los amó hasta el final, y deseaba que hicieran lo mismo. Él no fue inconstante, como tanta gente que ama de manera pasajera; abandonando todo en la primera derrota y pasando de amigos a enemigos como lo hizo Judas el traidor. Jesús, lo preservó en el amor hasta el final, hasta que, y fue precisamente por este amor, que llegó a este doloroso extremo. Y no sólo para aquellos que ya eran sus amigos, sino por sus enemigos, con el fin de hacerlos sus amigos, no para su beneficio sino para el suyo.

 

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